lunes, septiembre 26, 2005

Los Parraos

Este es el mote o gentilicio (todavía no lo tengo muy claro) que reciben los naturales de Cercedilla. Parece ser que a los de El Escorial les llaman "los gurriatos". Pues los parraos me van a proporcionar grandes momentos durante el tiempo en que zutanita permanezca enferma. Llevo una semana de clase y me he reído muchísimo ya. Tengo un mozo que toca la dulzaina y que me ha cantado todo el repertorio de jotas y coplas que se sabe. (El viernes se fue a casa llorando porque le había puesto un cero por reirse mientras leía. Bueno, lloraba y reía alternativamente, una joya, vamos). Otro mozo me ha ofrecido dos jamones a cambio de un aprobado, y el mismo de la dulzaina, una lechuga del huerto de su abuelo. Tremendo, me encanta el mundo rural. Por lo demás, mis primeras impresiones ya relatadas han sido equivocadas, ya que las dos nuevas son encantadoras conmigo. La guapa, ha tardado poco en poner tibia a Zutanita, a la que ya conoce de antes. Genial, porque la verdad es que Zutanita es pa ponerla tibia, menuda pajarita. Establece diferencias entre maestros y profesores, fijos e interinos, por supuesto, y pa remate, entre lingüístas y literarios. Para más inri, la pareja de Zutanita es profe de educación física y tiene fama de discriminar a las alumnas regordetas, o sea que lo tengo toda para ser de la estofa más baja: interina, de literatura y gorda. A mí plin, yo duermo en pikolín. ¡Cuánto infeliz hay por el mundo! A todo esto Zutanita no dice ni mu sobre su baja, ni cuanto dura, ni cuando madura. ahora, que yo, tranquila, cuando se acabe mi estancia en los parajes parraos, me voy donde me manden y listo. Lo peor que me puede pasar es que me manden a Galapagar....;-p

martes, septiembre 13, 2005


Esta es una foto del Instituto Posted by Picasa

Primeras impresiones

Hoy hemos tenido la primera reunión de Departamento (la primera para mí), y yo he estado muy calladita escuchando y observando. Cuando volvía para casa me he dicho a mí misma que tenía que apuntar mis primeras impresiones para ver si son las buenas o si, como me suele pasar, me equivoco. El Jefe del Departamento se llama P., es relativamente joven y creo que extremeño, por la forma que tiene de comerse las eses. Miraba todo el rato a M. (uso iniciales para mantenerles en el economato) y proponía trabajo para hacer pero sin concretar mucho. Eso me pone de los nervios. Hay que hacer tal y tal, y yo pensando que no me entero de nada.Diagnóstico: A P.aún no puedo calificarlo. Bueno, M. y R. son dos funcionarias recién llegadas este año al centro, me imagino que aún no tienen destino definitivo. M. dice que este es su decimocuarto centro (ha dicho decimocuarto, y no "he estado en 14 institutos"); este detalle y que hiciera miles de preguntas en la reunión y que P. le haya contado la reunión a ella, hacen que mi diagnóstico sea: M. es la enteraílla, la curranta o que va de curranta, o sea, la repollo. R. no habla apenas, es guapa, morena, llevaba un vestido chino y unas sandalias modernas, aunque hacía un poco de frío. Se ha mantenido con pinta de ausente todo el rato, como pensando, vaya rollo, esto ya me lo sé. Diagnóstico: R. está por encima del bien y del mal. A. ha llegado tarde, tiene la misma cara que una de las profes de Física del Tirso, una profe ya mayor, de la vieja guardia, preocupada por la ortografía. Diagnóstico: A. es la madraza. M.A. ha tenido un pequeño rifirrafe con P. porque decía que no le dejaba hablar. Tiene pinta de ser un hombre directo y franco, en la cincuentena, parece un hombre de sierra, de campo, me ha dado buen rollo. Es el que mejor rollo que ha dado de todos, y por fin L.G. recién parida, con reducción de un tercio de jornada, habla y habla sin parar, tiene buena pinta también.
Conclusión, no me gustan un pelo las nuevas, y voy a echar de menos a mi Amparito, que era muy divertida, y con la que tenía mucha complicidad.
Hoy tengo miedo. Me siento como ante un abismo, dudo de mi capacidad y estoy cagada.

lunes, septiembre 12, 2005

Y Hola a La Dehesilla

Ya tengo nuevo centro: La Dehesilla, en Cercedilla. Un pueblito serrano, en el valle de la Fuenfría, bajo el auspicio maravilloso de los Siete Picos. El Insti tiene buena pinta, da buen rollo, quizá porque el color que predomina es el verde, y dicen que el verde es un color relajante. Para llegar a este lugar he tenido una mañana terrible. Me levanto a las siete y media porque me habían citado en Villalba a las 9.30. La guía michelín me dice que tardo 36 minutos en llegar, así que he salido a las 8.30, con tiempo de sobra. Zas, atasco en la glorieta de Galapagar, qué horroroso es Galapagar. Y después, me pierdo por las calles del susodicho pueblo, qué horroroso es Galapagar. Intento encontrar la M-528 que se supone que me lleva a Villalba, pero harta de darle vueltas a un Galapagar en obras (no sé si he dicho qué horroroso es Galapagar), decido irme por la carretera por la que siempre voy a Villalba y que me lleva al polígono industrial P-nosecuantos. Cuando llego a Villalba son las 9.15. Y claro, estoy pa que me de un ataque. Voy pensando que llego tarde y que no me dan nada, que se me pasa el turno, y que me quedo todo el año sin curro, o lo que es peor, que tengo que volver a la Asamblea (nooooooooooooooo, eso no, por favor). Bueno, llego a la DAT Oeste, donde me habían citado, a mí y a tropecientos más de todas las especialidades. Milagrosamente he llegado a las 9.25, así que no llegaba tarde, pero, ah, ya habían empezado a llamar. Salía un tipo con gafas con el cigarrillo en la mano, decía un nombre, y se metía pa dentro. Los interinos expectantes comentabamos entre nosotros, qué especialidad es, qué número de la lista es, quién da la vez, bueno, terrible. Cada cierto tiempo indefinido salía el gafas y decía un nombre, y repetía dos que no estaban. Los ha estado repitiendo toda la mañana. Al azar, cuando pasaba algún afortunado con su nombramiento en la mano yo preguntaba: de qué especialidad eres, música, dibujo, escuelas de idiomas, economía. Pero coño, y lengua qué, nadie era de lengua. Pillo al gafas desprevenido por el pasillo, cuando sale del baño y le pregunto si han llamado a los de lengua, me dice que no. Ya son las 11.30 y a mi no me han llamado. Sólo quedo yo, uno de inglés, que tararea algo tirado en el suelo entre dos armarios, y un grupo numerosísimo y parlanchín de psicólogos y servicios a la comunidad ( no sé lo que es esto). Ya estoy pa que me de algo. Me acerco a la puerta y sale otro gafas, cuando voy a abordarle aparece un par de tíos, una de dibujo, uno de historia, que vuelven del instituto que les habían asignado porque cuando han llegado allí con su nombramiento les han dicho que la plaza que les habían dado no existía. La histeria se apodera de la DAT Oeste. El gafas numero dos se mete pa dentro. Yo me tengo que poner a hacer respiraciones de relajación y a sujetarme con un dedo el párpado inferior del ojo izquierdo, que parece que tiene el baile del pañuelo. Por fin sale, le abordo, con la voz trémula y me dice que ya me ha nombrado, pero por diossssssss, si llevo aquí desde las 9.25, que lo puedes ver en la nota del compañero de seguridad (ahora que me doy cuenta, he dicho compañero, ahí, con un gesto solidario). El tío me ha debido ver tan mal que me ha metido para dentro y me ha dicho: tienes una vacante de media jornada en boadilla (trabajo seguro para todo el año, pero mitad de sueldo), o una baja por enfermedad en cercedilla(no se sabe cuanto tiempo, sueldo completo, cuando se reincorpora el enfermo te mandan a otro centro). Qué hago. Me acuerdo de la hipoteca, del puto coche, de los gatos, del perro, y digo, sueldo completo. Así que me mandan con un papel que dice: Raquelita sustituye a Fulanita de tal que está mala, al instituto.
Segunda parte de la misión: llegar al instituto. Ala, carretera y manta, hasta cercedilla. Llego al pueblo y claro, me pierdo. El pueblo están en fiestas, veo una hawaiana, tres moscas con bolsas de basura por alas y coladores por ojos, muchas banderitas, y el consecuente desvío por fiestas. Como a lo único que he ido a Cercedilla es a bañarme a la piscina natural, y a hacer la ruta del mirador de los poetas, pues me voy con el coche para la zona de la montaña. Luego recapacito y digo, no, por aquí no va a ser. He llamado al insti y me han indicado. Me he vuelto a perder. Por fin, un apuesto policía municipal (será verdad eso de los uniformes????) me orienta y llego al centro, ubicado al ladito del Cementerio. Oh, que buenas vistas. Entro al centro, me llevan a jefatura y cuando digo, hola, vengo a sustituir a Fulanita de Tal, dicen al unísono la directora y los tres jefes de estudios: Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee. He visto mi vida en diapositivas. Fulanita no está mala. Han llamado a fulanita, y resulta que no, que la que está mala es Zutanita, así que, parece que al fin, me quedo en Cercedilla. Mañana reunión de Departamento, y ya veremos que pasa. Una cosa es segura: calor no voy a pasar.

miércoles, septiembre 07, 2005

Adiós al Tirso (suena muy peliculero)

Hoy ha sido mi último día en el Tirso. He ido por si tenía alguna reclamación que atender, pero nadie me ha reclamado. Así que me he tomado una cocacola con Inma, con Alicia, Curro y Marta. Nos hemos reído un rato y hemos puesto a parir a los del PP, que gusto, chica, volver a poder hablar de política con gente de izquierdas. Me he despedido de algunos profes, de la directora, los jefes de estudio, de Mª Jesús, la profe de plástica, que me ha dicho que no pierda nunca mi alegría, de Pedro, (quién me lo iba a decir), incluso de Amparo la de Mates, que parece andar siempre flotando en una nube de humo de tabaco, y logaritomos (qué será un logaritmo?). He ido a la biblioteca a devolver un par de libros. Estaba vacía, oscura y bochornosa. Soy amante de los gestos trágicos, así que he mirado hacia atrás, desde la puerta, pasando la mano por el mostrador. He recorrido con los ojos toda la estancia, de paredes sucias, con plantas en cada ventanita, sus libros manoseados y leídos por 35 años de alumnos, las sillas, recién compradas este año, he respirado profundamente y he sentido nostalgia. Como en Medical Investigation, he visto a los chicos caminando entre las mesas, jugando al ajedrez, apoyados en el mostrador, y se me han humedecido los ojos. He salido, he cerrado la puerta y con mi llave de color rosa en la mano, he ido a devolvérsela a Presen, con un nudo en la garganta. Qué rápido se acostumbra uno a los sitios más insospechados. Ha sido mi primer año trabajando como profe, el sueño de mi vida se ha hecho verdad, se ha cumplido el ciclo, de septiembre a septiembre. Probablemente pasaré, si Dios quiere, por muchos centros, pero creo que no olvidaré facilmente este primer año.

martes, septiembre 06, 2005

Viaje a Portugal

Entre los días 12 y 15 del mes de agosto hemos estado en Espinho, un pueblo costero cerca de Oporto, en Portugal. Estos son los documentos gráficos que hemos podido obtener del peregrinaje de los faranduleros leganenses.

La excursión a la playa de Espinho Posted by Picasa

Esto es un documento gráfico histórico: cómo está el autobus después de DOS actuaciones en un solo día Posted by Picasa

Este es el comedor (un polideportivo), donde comíamos y cenábamos todos los días Posted by Picasa

Cavas de las bodegas de la Real Companhia Velha, donde fuimos a comprar vinho de Porto, mmmmm qu? rico... Posted by Picasa

Preciosa imagen del rio Douro y el puente que construyó el pesadito de Eiffel, que ha dejado cosas por medio mundo Posted by Picasa

Bajando desde la catedral Posted by Picasa

La catedral de Porto, Pilar y Ana (la panchi) Posted by Picasa

Todo el grupo en las escaleras de la Camara Municipal (el Ayuntamiento) Posted by Picasa

Azulejos en la estación de ferrocarril. Posted by Picasa

Esta es una de mis fotos preferidas: vista de una calle cerca de la catedral. Diego dice que le recuerda las calles de Paris en El Perfume de Patrick S?skind Posted by Picasa

Esta es la famosa torre de los Canónigos, desde donde se divisa toda la ciudad. Posted by Picasa

domingo, septiembre 04, 2005

Terror doméstico

Me he encontrado un alacrán o un escorpión en el fondo de la piscina. Estaba yo dandome un baño refrescante después de un asfixiante paseo con el perro y veo en el fondo una cosa demasiado gorda para ser una brizna de césped, sobre todo teniendo en cuenta mi miopía. Me he acercado buceando, y cuando he identificado el elemento, he dado un bote que por poco me saca del agua. Que horror, lo he sacado con el recogebichos ese de tela, y lo he guardado en un murete, tapado con una tapa de plástico, para cuando venga Antonio enseñárselo. Lo más repugnante es que, para llegar al agua, el bicho ha tenido que pasar por el césped. Que horror, ¿y si lo hubiera pisado? ¿hubiera tenido que morderme el veneno como en las pelis del oeste? ¿hubiera muerto envenenada como Hommer Simpson en el capítulo de hoy? al menos a él le han dado 24 horas para hacer lo último que tuviera que hacer. Pienso ahora en lo cerca que está el peligro y en lo alegremente que vivimos sin pensar en ello. Por eso hay que disfrutar de cada momento que se nos pone por delante, porque puede ser el último, y sería muy triste morirse refunfuñando por la mala suerte, o porque el michelín se nota hoy más de la cuenta, o porque algún estúpido/a piensa de mí alguna estupidez. Retomemos a los clásicos: Carpe Diem