Lo peor que puede hacer uno en esta vida es confiar en alguien que jerarquicamente está por encima de ti. Ese es mi caso, confié en mi superior como si fuera un igual, y ah, de repente, yo ya no era una igual, era una inferior, y claro, vaya chasco me llevé. Pero eso es una muestra más de mi ingenuidad, que me acompañará mientras viva, pues forma parte de mi caracter.
Así que ahora, ella manda más que nunca, busca las formas de porculizarme cada día, y yo, mientras, lo único que puedo hacer es desear que hoy no pase nada.
Por fortuna, esta semana no he aparecido por la oficina, porque estoy haciendo este santo curso, así que esta semana no he tenido que levantarme pensando ¿qué pasará hoy?.
Lo peor es que el lunes ya está cerca, se cierne sobre mí con los más oscuros presagios, ya que cada vez que falto a trabajar, ocurre alguna catástrofe, que, curiosamente, siempre es por culpa mía.
Bueno, ahora que lo leo, no es tan terrible, seguro que pasará
¿Cuál es el siguiente paso? Aprobar las oposiciones de profesor de secundaria e ir a pelearme con fieras de entre 12 y 18 años que pasan olimpicamente de la literatura y de la lengua española. Y tener clara una cosa sobre todo: nunca confíes en tu superior jerárquico.
1 comentario:
TT
Publicar un comentario