jueves, octubre 30, 2008
Estados de ánimo ¿transitorios?
jueves, octubre 16, 2008
Infancia
Ayer, en 2º de la ESO, mis alumnos tenían que buscar textos literarios sobre un tema que les gustara, y varios eligieron la infancia. Me sorprendió. Ellos, los chicos de 2º, que todavía la tienen tan cerca, que en realidad aún andan más en la infancia que en la adolescencia se resisten a dejarla atrás.... Pero algo pasa con la infancia. Ese momento de la vida nos marca tanto que todos vivimos anclados a él. Por eso hay tantos poetas que recuerdan su niñez en su obra. A Machado, por ejemplo, le encontraron cuando murió un papelito en uno de sus bolsillo con los que se consideran sus últimos versos: "esos días azules y ese sol de la infancia".
Tengo una tía bastante mayor con la que siempre he tenido mucha vinculación desde que era pequeña, mi tía Carmen, y tiene Alzheimer. Ella vive ahora su infancia y adolescencia otra vez. Cuando se casó, muy joven, se marchó del pueblo de Granada donde nació, pero ahora, con su conciencia perdida, su mente ha vuelto a Bejarín.
Cuando mis padres van a verla no les reconoce como mis padres, sino que cree que son personas de entonces, les dice que se va al río, o que va a ir a los melocotoneros. Le pregunta a mi madre por sus hijos, y ella le enseña fotos nuestras, aunque no nos reconoce. Cuando ve a mi hermana, la policía, y le pregunta a mi madre de qué va vestida y ella le contesta que es policía, se estremece y dice "uy, qué frío me da esa palabra". ¿Qué recuerdos le traerá? ¿Qué habrá pasado allá, en los años 40 y 50 en un pueblo pequeño de Granada, cuando todo el mundo sabía que mi abuelo era de izquierdas? ¿Por qué su mente enferma habrá decidido volver a la infancia? Quizá es el paraíso perdido que todos anhelamos durante nuestra vida y el cerebro, cuando se estropea, sigue mágicamente funcionando de alguna manera para volver a los recuerdos felices y sustituir la realidad triste de la vejez, la viudez y la soledad, con los recuerdos azules y soleados de la infancia.
jueves, octubre 02, 2008
Grandes momentos de la educación o porqué elegí este trabajo
Cuando me puse a hablar con él y le eché una gran bronca, ya sabéis, el respeto, el saber estar, la responsabilidad que un chico de 18 años tiene que empezar a asumir.... llegó un momento en que le dije que era mi apuesta personal, que apostaba por su capacidad para sacar el curso y para ser todo aquello que se le exigía, y me quedé de piedra al ver que a aquel mazacote chulitopiscinas se le humedecían los ojos porque yo le decía que confiaba en él.
¿Es que nadie nunca le ha dicho a este chico en sus 18 años que es merecedor de confianza, que vale para algo? Qué solos estamos.
Doy gracias a este trabajo por depararme momentos como éste, en los que, a pesar de constatar cuánta falta de amor hay en el mundo, me siento útil durante un ratito pequeño.