Marsé es siempre sorprendente: sus novelas tienen una pátina de pobreza, mugre de posguerra, que te hace entender a los personajes, compartir lo que viven y disfrutar con sus mundos paralelos (como Shangai, por ejemplo). Todavía me queda mucho Marsé por leer y eso me alegra, porque todavía me queda mucho mundo por recorrer de su mano, y sin salir de Barcelona.
Pero es que además Marsé me gusta por cómo se manifiesta, sin pelos en la lengua, igual para decir que no hay talento en el cine español, que para señalar que la ganadora de un premio Planeta no hace literatura o para aseverar que Cataluña siempre será bilingüe y que eso nos seguirá dando la posibilidad de escritores anómalos como él que no tienen ningún problema en utilizar dos lenguas sin preocuparse de política ni de ideología, sino de hacer lo que les viene en gana con ambas, que para eso son suyas.
4 comentarios:
Y ayer en su discurso Marsé dijo: Hay que acotar nuevas
parcelas de la memoria, hacer
más denso el laberinto, cuidando,
pues, de dejar una traza
de hilo, como hizo Teseo aquella
vez, para poder volver al exterior,
y contarlo. Sobre todo, en lo que a
mí respecta por lo menos, persistir
en la búsqueda de algo, que
nunca he sabido definir, pero que
tiene que ver, por encima de cualquier
otra finalidad, con alguna
forma de belleza.
Yo debo confesar que ayer no compré a Marsé...compré a Cercas of course ;-)
Es que a Cercas algún día le veremos recogiendo el cervantes, seguro.
Me quedo con una frase que le leí en un dominical de no sé qué periódico:
"El cine español no necesita subvenciones, necesita talento"
Yo quiero comprarme el de "Últimas Tardes con Teresa"
Qué grande Kundera en francés!!
Tu hermana pequeña la del lexicón
Publicar un comentario