miércoles, marzo 14, 2007
Barroca.
Hoy, mientras ensayábamos nuestra función (El amor que te di cayó en el vacío,título perfecto para un culebrón, que es lo que hacemos desde un programa de radio, bueno, es un poco complejo de explicar), he salido un momento de mi cuerpo y he tenido una experiencia cercana al viaje astral. He dejado de participar en lo que estaba pasando y me he puesto a verlo desde fuera. (confieso que esto me pasa de vez en cuando) He pensado que es curioso cómo gastamos el tiempo los seres humanos. Nos buscamos ocupaciones para entretener el tiempo hasta que nos vayamos. ¿Qué hacen, si no, doce adultos, señores profesores (en teoría tíos sapienciosos y serios), jugando a actores un día a la semana después de trabajar? Entretener el tiempo,hacer más ligera la espera. Pero también entretenemos el tiempo leyendo, escuchando música, escribiendo este blog, y claro está, haciendo cosas mucho más "serias", como trabajar o amar... Sí, ya sé, apocalíptico, bueno, en realidad, barroco. Nacemos para morir, "antes que sepa andar el pie, se mueve/camino de la muerte" decía Quevedo. Pero siempre queda el consuelo de que en la sala de espera hay gente como tú, sentada, entreteniendo el momento. Algunos están contigo bastante tiempo, unos entran,te diviertes mucho con ellos, pero se van, cambian de sala de espera, o entran en la consulta; otros tardan en llegar, pero cuando lo hacen traen un maletín cargado de cosas geniales para que la espera no sea tan aburrida. Y así vamos esperando que llegue nuestro turno. Así que no debemos tomarnos tan en serio determinadas ocupaciones, porque no son más que pasatiempos ¿no? Aunque parece que hay algunos de esos pasatiempos que trascienden la sala de espera, o eso dicen los entendidos. Me remito a Quevedo otra vez: "su cuerpo dejará, no su cuidado;/serán ceniza, mas tendrán sentido;/polvo serán mas polvo enamorado". Así que, señores, no descuiden los placeres que entretienen, pero sobre todo, amen, amen a troche y moche, por arriba y por abajo, a propios y extraños, a hombres, a mujeres, a animales de compañía, a niños, a sí mismos, amen...
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1 comentario:
amén.
(Del lat. tardío amen, este del gr. ἀμήν, y este del hebr. āmēn, verdaderamente).
1. interj. Así sea. U. al final de una oración.
2. interj. U. para manifestar aquiescencia o vivo deseo de que tenga efecto lo que se dice.
3. m. final.
amén.
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