Y eso significa que me tengo que mentalizar, relajar, ver lo positivo de ese grupo y no emparanoiarme (se escribirá así?) porque si no lo voy a llevar muy mal todo el año. Hoy se me ocurre la genial idea de llevarles a la biblioteca para que la conozcan, y para que salir de la rutina del aula. Y los muy ceporros se han pasado toda la hora sin hacerme caso, salvo honrosas excepciones, y cogiendo el ajedrez, están atontaos. No sé si pensar como Ana me dice, en quien es salvable, darle la clase a los salvables y pasar del resto. O si lo que debo hacer es pensar que estoy en otra clase y relajarme. No lo sé.
Antesdeayer ( se escribe así?) tuve movida con mi alumno favorito, terminó diciéndome que en el aula yo ganaba, pero que fuera ganaba él, y yo terminé calzándole una amonestación. Me vine para mi casa jodidísima por la discusión que había tenido con el niñato y ayer el muy capullo, cuando le dan la amonestación y le amenazan con llevarle a la comisión de convivencia, viene a hacerse el humilde y a pedirme disculpas. Lo peor es que caí en sus redes, me convenció, me creí que realmente estaba arrepentido, hasta que me dijo, que fuera a contarle al jefe de estudios que nos habíamos reconciliado. Claro, me di cuenta de la sucia y vil estrategia: miente más que habla. El problema es que como la discusión de marras fue delante de toda la clase y la clase le idolatra, pues creo que ahora la clase me odia, me desprecia, y yo idem, claro. Eso es chungo, lo detecto. Tengo que sacar ese sentimiento de mi interior
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