lunes, febrero 21, 2011

Hereafter

Vuelvo para hablar de una película. Después de más de un año sin escribir, ocupada en otras labores (como se decía antes) totalmente propias de mi sexo, me pica el gusanillo de la escritura otra vez. Ahora no tengo mucho tiempo, pero sí ganas. Ganas es lo que no me falta.
Hereafter, el más allá, o como parece que significa también, de aquí en adelante. Me quedo con esta segunda acepción, porque ahora me parece que lo que menos importa de la película de Eastwood es que hable de qué hay más allá de la vida. Los personajes se enfrentan a lo que les pasará en el futuro, una vez que les sucede algo traumático: sobrevivir a un tsunami, perder a un gemelo, no poder ser una persona normal. Los tres personajes en torno a los que se articula la historia tienen que seguir caminando, rehacer sus vidas, superar una pérdida. El destino o la casualidad les ayudará a encontrar ese "de aquí en adelante" ayudándose unos a otros.
Me quedo con el trabajo de los actores (debe ser mucho más fácil hacer un buen trabajo cuando te dirigen bien). Me quedo con la maestría de Eastwood filmando: una escena inicial que te inquieta primero, te deja boquiabierto después; los planos de Damon avejentado, sobrellevando como puede el peso de su maldición; el ambiente, la luz diferentes, dependiendo de si estamos en Paris, en Londres, en San Francisco; las escenas en el curso de cocina, llenas de sensualidad: tomates (aprende, Almodóvar), vino, ópera, cucharillas, ojos vendados, labios entreabiertos, manos que se rozan....
En definitiva, pasé dos horas y cuarto disfrutando mucho: boquiabierta con el tsunami, llorando con los hermanos separados, avergonzándome de la falta de pudor del noviete francés, sobrecogida con el peso de la responsabilidad que implica todo gran poder.
Le doy a gracias al gran Clint Eastwood por no defraudarme, ahora que puedo ir tan poquito al cine, y que necesito escoger tan bien.