viernes, diciembre 17, 2004

Soy una bocazas

He asistido a tres evaluaciones y en dos me he visto abriendo la boca más de la cuenta. En la primera, por defender a chavales que querían desterrar, diciendo que en MI clase sí trabajaban, que CONMIGO, sí trabajaban, claro, he herido la sensibilidad del que los quería matar. En la segunda, porque he aprobado a dos niñas de quien los demás dicen que no se les entiende la letra, y claro, como yo soy la de Lengua, ellos suponen que yo tengo que enseñarles a escribir, a estas alturas. Quizá algunos compañeros de este santo oficio creen que los profesores de Lengua nos dedicamos a enseñar a los chicos a leer y a escribir, aún cuando estos tengan ya 15 años. Es decir, que los únicos contenidos de nuestra materia son la lectoescritura y la ortografía. Me pone de los nervios. Intuyo también, por algún comentario suelto, que desprecian mi juventud e inexperiencia, y que envidian mi empatía con los chavales. Luego yo, que soy una bocazas, en vez de callarme, me justifico, y me justifico, creando una situación en la que, en ocasiones, ni siquiera me dejan hablar y explicarme. En fin, un coñazo. Esto fue ayer. Hoy, y ahora creo que lo he hecho como una especia de venganza subconsciente, he estado contándoles a los chavales que se anden con ojo, porque son motivo de cierta persecución. He sido muy sutil, y además, ha ocasionado el efecto contrario en alguno de cuyo nombre no quiero acordarme, puesto que se lo ha tomado mal, y ha pensado que le estaba regañando. Un desastre. Es viernes, y estoy agotada, creo que me voy a tumbar a ver el verano de kikujiro, a ver que tal está.

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