miércoles, diciembre 14, 2005

Puente y medio

El puente en Paris, pero sólo desde el miércoles. Hace mucho frío, y la ciudad sigue siendo mágica a mis ojos. Cielo siempre gris, edificios vainilla con techos grises, gente antipática en las ventanillas, mostradores y barras, españoles, (casi siempre catalanes) en los monumentos, y por fin, arte: klimt, schiele, kokoscha, ¡¡¡¡moser!!!! (qué descubrimiento), la mona lisa, la victoria de samotracia, los esclavos de miguel angel, delacroix, geridot, ingres, el escriba sentado, akenatón, hamurabi, los leones alados de irak, cuánta maravilla puede esconderse entre cuatro paredes...., y saint-denis, panteón de una dinastía aquí idolatrada, allí lanzada a fosas comunes,basílica de encaje en la banlieu, sushi, ¿sake?, sashimi, tandoori, nag champa, curri, mojitos, caféolé, un té por seis euros, (eso sí, thé sur le nile en el café de flore, boulevard de saint germain des près), crèpes y sidra bretones (oh, bendito salvajismo de los bretones, que descubriera Koke antes de ser Koke), la torre eiffel de noche, cuajada de estrellas amarillas, la torre eiffel de día, desde el avión, la torre eiffel en la tarde fría, lanzando un chorro de luz detrás del carrousel del Louvre, el carrousel del Louvre arriba, abajo, otra vez arriba, el brioche de tres euros, el café, las galletas speculos, el tambour, con sus garçons de ojos brillantes y sonrisa dispuesta (cosa rara en Paris), pero sobre todo, por encima de todo y contra todo, Almu, Eri y yo juntas, abrigadas, pasando frío, caminando, con dolor de pies, sin zapatos en un pub con las camareras locas que se creen herederas del bar coyote, las tres tiradas en un pub irlandés riéndonos del personal, mirando a la niña para que nos saque de los apuros del idioma, mirando a la niña para que nos cuente todo lo que sabe sobre la ciudad de la luz, con colombia, arriba la patria, en silencio, con susurros, en el metro, euqivocándonos de parada por no parar de hablar, haciendo quinientas fotos para que salga el sacré-coeur y no sale, haciendo, en fin, cosas que no recuerdo haber hecho nunca las tres solas. He llegado a casa agotada, dispuesta a enfrentarme a la semana de la muerte, pero feliz.... Os quiero, chicas, sois únicas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Girodet...
os kiero a las dos!!!

jsanto dijo...

y las fotos cuando??? espero que sean buenas!!

Anónimo dijo...

Te has olvidado del chino y sus moldes de pan.
Yo tb os quiero mucho pero mucho mucho mucho.
La flacuchenta